"...resulta inconcebible la distorsión colectiva de palabras como "sufrimiento", "dolor", "dignidad", "guerreros", “Héroes”, "luchadores" y tantas otras que cubrieron las pantallas y contaminaron a los micrófonos. Me pregunto, y lo hago respetando el valor de lo conseguido deportivamente y habiendo disfrutado de cada uno de los partidos con pasión enmarcada en esos mismos partidos; digo- me pregunto - ¿Qué queda por ejemplo y entre tantos posibles, para el laburante de la construcción del conurbano bonaerense que se levanta a las cuatro o cinco de la mañana para romperse el lomo todo el día en la obra y luego cobrar un salario que difícilmente llegue a los siete mil pesos...? ¿Qué calificativo deberíamos usar para el maestro rural, la esforzada trabajadora doméstica, el excombatiente de Malvinas o el invisible cartonero que habita las calles de nuestras ciudades? ¿Ó para aquel que sin laburo estable (hay más de tres millones de personas) enfrenta todos los días a sus hijos para decirles que apenas van a comer...?"
No hay comentarios:
Publicar un comentario